Rachel Corrie: la justicia como horizonte

A escasas dos semanas de que el disidente chino Liu Xiaobo fuera condecorado con el Premio Nobel de La Paz por esa infatigable lucha en pro de los derechos humanos en China, la noticia de que finalmente, luego de siete años de larga espera la familia de Rachel Corrie, activista pro derechos humanos asesinada en marzo de 2003 en Gaza tendrá al fin la oportunidad de buscar en los tribunales esa migaja de justicia que no obtuvo de la generosidad de sus verdugos, pese a lo gris del panorama, el solo hecho de ver expuesto ese lado de la verdad oculto por tanto tiempo, ya nos reconforta a quienes hasta hoy nos sentimos impactados con su drama.

La intolerancia de ciertos gobiernos para con estos luchadores de la paz que muchas veces de forma anónima se atreven y enfrentan al poder en defensa de los derechos de los más débiles, aun a costa de su propia integridad como fue el caso de Rachel, cruelmente atropellada hasta la muerte por un bulldozer mientras protestaba contra la demolición de viviendas palestinas, está provocado una ola de protestas en el mundo en contra de países como China(Hu Jia), Japón(Los dos de Tokio), Birmania(Aung San Suu Kyi), y la propia Israel(Ayuda a Gaza), entre otros, bajo un lema si bien acuñado a partir del caso de Junichi Sato y Toru Suzuki:"el activismo no es un crimen", bien pudiera universalizarse para todos los casos siempre con una firme intención, de llamar la atención de la ciudadanía en busca de esa porción de solidaridad tan necesaria en la difícil lucha por encontrar un poco de equidad a la hora de ser asignada la justicia en el mundo.

Es triste, sin embargo, enterarse de una serie de irregularidades que acompañan al proceso entablado al Estado por los padres de Rachel Corrie, a todas luces con una clara intención de sacarse el peso de encima sin la más mínima voluntad de hacer justicia. Por ello y porque conocemos la actitud del gobierno israelí parcializado con sus connacionales ante los abusos que se comete en los procesos de demolición y colonización paulatina de Gaza -literalmente con licencia para matar aprovechando el estado de excepción que se vive en las periferias de los asentamientos judíos amparados en esa mirada totalitaria de un seudo concepto de terrorismo que ha abolido todo rezago de escrúpulo o de simple duda de las conciencias de sus ejecutores-: aprovechamos para hacer un llamado a estas mismas autoridades para que en una actitud reconciliadora para con un estado de derecho definitivamente quebrado en su parte más débil, honren con un juicio justo la memoria de ese mártir de las libertades como fue Rachel Corrie, y con ella a todos quienes hoy son víctimas de agresión por causa de un ideal supremo que va más allá de la cómoda intención desestabilizadora con la que se les pretende estigmatizar, a formas de pensar despojadas de todo egoísmo que basan su bonanza en el concepto más arraigado de la palabra prójimo.

Los primeros reportes del juicio parecen mostrar un abierto desafío hacia los medios de prensa quienes se ven imposibilitados de cumplir cabalmente su misión de informar al serles negada las facilidades de presenciar el proceso con una serie de triquiñuelas que no nos sorprende. Asimismo las primeras declaraciones del testigo principal de los hechos (el conductor de la excavadora) insinúan una clara intención de tergiversar los hechos al discrepar desvergonzadamente sus testimonios dados durante las investigaciones de las Fuerza de Defensa Israelí durante los hechos, con las actuales declaraciones ante la corte. Solo por citar algunas de ellas: el conductor de la excavadora dijo a los investigadores militares que él había reportado el incidente a sus superiores, cuando estos sucedieron vía radio, sin embargo ahora dice que se enteró de la muerte de Corrie por los noticieros. Durante las investigaciones dijo que había detenido la maquinaria a 3 metros de distancia del sitio del atropello, hoy le dice a la corte que fueron a 20 metros, obviamente tratando de dar sustento a su coartada anterior, y a otra en la que declara nunca haber visto a la activista pese a que ella tenía varias horas protestando contra el bulldozer y era la única entre un grupo de por lo menos 9 activistas que portaba un chaleco fluorescente de color rojo.

Lo más escalofriante sin embargo, además de esa ausencia total de remordimiento en la manera que emite sus declaraciones el anónimo declarante (se mantiene en reserva su nombre), es aquella frase con la que pretendería justificar una inocencia propia del más desalmado de los seres: "Yo soy un soldado sin decisión propia que solo recibió ordenes de seguir trabajando...", esto aludiendo a la presencia de civiles a menos de 10 metros de distancia de la excavadora, lo cual desnuda una culpabilidad compartida que torpemente ahora se pretende soslayar.

Cabe señalar que lo que busca la familia Corrie al demandar al Estado de Israel es probar que estos simplemente permiten y alientan a sus soldados a actuar con excesiva fuerza debido a la impunidad de la que gozan, haciéndoles sentir que están por encima de la ley cuando son protegidos ciegamente en los tribunales, actitudes harto conocidas de estados despóticos. Hay una tesis que postula un nexo entre los supuestos excesos de los operadores y una para nada escondida intención de ahuyentar a los palestinos de sus tierras de modo que facilite su expropiación que, en lugares claves como Jerusalén tendría como meta la "judaización" étnica y demográfica de la ciudad en una pretendida proporción de 70% judío por 30% árabe, lo cual justificaría tanta impunidad cada vez que alguien tiene la suerte de exponer sus casos ante los tribunales.

La siguiente secuencia de fotos si bien no expresan una representación secuencial precisa de los hechos, pues las tomas corresponden al total del día en protesta, tiene una más legítima intención aun: la de refrescar la memoria de sus protagonistas, en especial la del Estado demandado sobre un hecho grave que no puede de ninguna manera ser soslayado pues es la más clara evidencia de un comportamiento recurrente que se desdice totalmente de aquel papel de víctima con el que suele presentarse Israel en el conflicto que mantiene con Palestina, y tal parece no hay voluntad de hallar solución. (Fotos de Joe Carr y Richard Purcell).



Las próximas audiencias del proceso Corrie están programadas para los días 04 y el 15 de noviembre en los Tribunales del Distrito de Haifa a cargo del juez Oded Gershon. Los horarios son de 09:00 - 16:00 horas. Estemos atentos pues.


Otras fuentes:
Rachel`sWords.Org
Movimiento Internacional de Solidaridad
1984nwo.net
WebArchive.Org