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Cuantas veces Usted como yo, interesados en la problemática de la actual posición del país en el concierto del narcotráfico, nos hemos hecho la misma pregunta, ¿a donde va a parar todo ese voluminoso rédito que debe de generar la mayor producción y exportación de cocaína en el mundo? Nunca hay suficientes capturas y procesamientos judiciales que ameritarían todo el volumen de materia prima, insumos y producto elaborado que junto a un no menos voluminoso factor humano debe hacer un circuito malsano en el país que justifiquen tamaños volúmenes de producción, y obviamente, no son fantasmas los que los mueven, mucho menos seres invisibles los que se dan la gran vida con cada arqueo de caja que dificilmente podemos llamar "caja chica".
Pero están, no quizá como aquellos seres omnipotentes y terribles de otras latitudes adonde desprovistos ya de toda máscara se les ha puesto precio a su cabeza, pero están, y definitivamente pasándola muy bien, pues no tienen a nadie, absolutamente a nadie, pisándoles los talones. Es decir, no solo tienen carta libre para lavar su mal habido dinero, sino, más aún, con sus propios y prestigiosos nombres seguramente figurando sin desparpajo en más de un libro de socios de algún no menos reputado club de la alta sociedad, porque lo menos que uno puede imaginarlos es haciéndola de gente de clase media con todo ese dinero que por algo se afanan en amasar.
Ahora, cuando hacemos referencia a ese circuito malsano, obviamente no podemos ser injustos y solo mencionar a los directamente involucrados en el proceso de producción -que muchas veces, en desmedro de los capos, son junto a los sembradores de planta, apenas el lado más delgado de la cuerda que a falta de resultados, la ineptitud o la complicidad hacen que sean solo estos los que llenen los vacíos de las primeras planas de los medios-, sino, a ese lado al parecer inmunizado de la sociedad cuyo punto de vista principal de la cadena del delito, nunca es señalado como tal en las grandes disertaciones -teóricas por cierto-, sobre el tristemente -o felizmente dirían otros-, tema del lavado de dinero, lavado de activos, o blanqueo de capitales, como quiera llamárseles. El banco, o la entidad financiera involucrada.
En ninguno de los contados procesos de lavado de dinero que trasciende a la prensa y para mala suerte hasta salen bien librados por obra y gracia de algún o algunos abogados "especialistas", que yo sepa nunca se ha procesado a ningún banquero por el acto ilícito de hacer sociedad con el narcotraficante cuando introduce su dinero en el circuito financiero, acto que de ninguna manera podemos calificar como el simple acto de "distorsión" de la economía que hacen mención los especialistas, en tal virtud, habría un trato discriminativo de la asignación de cargos durante un proceso de judicialización de un acto de lavado de dinero. Claro que el "banqueo" no es la única forma de lavar dinero, pero es el más importante por la liquidez inmediata que brinda al "inversionista".
El caso que a continuación exponemos son una prueba fehaciente del trato discriminativo al que hacemos alusión en la penalización de las etapas que comprende el circuito del narcotráfico y de sus protagonistas: por un lado gente identificada con nombre y apellido, y álias incorporado llenando las primeras planas de los medios; por el otro, gente con el suficiente prestigio ganado -en especial si se trata de entes inprescindibles en el engranaje económico de la sociedad-, como para no ser tocados ni con el pétalo de una rosa. Me atrevería a manera de conclusión anticipada, preguntar: ¿adonde está la la acción punitiva de esa misma sociedad que en un afán por velar terca y "tuertamente" en poner un freno a ese eslabón de pandemia que pervive con la punta del florete descansando ad honoren sobre las espaldas de sus nuevas generaciones, simplemente deja con desparpajo tamaño cabo suelto en aras de una estabilidad económica, social o política?
¿Cómo un gran banco de EE.UU. lavó miles de millones de dólares de bandas de narcotraficantes asesinos de México
fuente: El Guardián, medio especializado de noticias de Reino Unido. Publicado el 3 de abril de 2011.
A medida que se propagaba la violencia, miles de millones de dólares de dinero de los carteles empezaban a filtrarse en el sistema financiero mundial. Sin embargo, una investigación especial por parte del Observador revelava cómo las advertencias cada vez más frenéticas de un denunciante de Londres fueron [por tanto tiempo] ignoradas.
"En la tarde del 10 de abril de 2006, un jet DC-9 aterrizó en la ciudad portuaria de Ciudad del Carmen, en el Golfo de México. Los soldados mexicanos, a la espera de interceptarlo, encontraron 128 cajas embaladas conteniendo 5,7 toneladas de cocaína, valorada en 100 millones de dólares. Pero algo más - más importante y de mayor alcance-, fueron descubiertos entre los papeles dejados, vestigios de la compra del avión por parte del cartel de narcotráfico de Sinaloa.
Durante una investigación de 22 meses por agentes de la Drug Enforcement Administration de EE.UU. (DEA), el Servicio de Impuestos Interno y otros, salió a luz que los traficantes de cocaína habían comprado el avión con dinero que habían blanqueado a través de uno de los mayores bancos de los Estados Unidos : el Banco Wachovia, hoy parte del gigante Wells Fargo.
La autoridades descubrieron miles de millones de dólares en transferencias bancarias, cheques de viajero y envíos de dinero en efectivo a través del intercambio de México en las cuentas de Wachovia.Wachovia fue puesto bajo investigación inmediata por no mantener en su programa, un sistema eficaz contra el lavado de dinero. De especial importancia es que el período en cuestión se inició en 2004, que coincidió con la primera escalada de violencia a lo largo de la frontera México-Estados Unidos que inició la actual guerra contra las drogas.
Se iniciaron procesos penales contra Wachovia, aunque no contra alguna persona en particular, pero el caso nunca llegó a los tribunales. En marzo de 2010, Wachovia estableció el mayor recurso interpuesto bajo la Ley de Secreto Bancario de los EE.UU. a través del tribunal de distrito de EE.UU. en Miami. Ahora que el "enjuiciamiento aplazado"[1] de un año ha caducado, el banco está en efecto libre de culpa. Pagó a las autoridades federales 110 millones de dólares en reparación, por permitir transacciones que más tarde resultaron estar conectadas al tráfico de drogas, e incurrió en una multa de US $ 50 millones por no monitorear el efectivo usado en el envío de 22 toneladas de cocaína.
Más sorprendente, y más importante, el banco fue sancionado por no haber aplicado las restricciones adecuadas anti-lavado a la transferencia de $ 378.4 mil millones -una suma equivalente a un tercio del producto nacional bruto de México- en cuentas en dólares de las llamados casas de cambio (CDC) en México, casas de cambio de divisa con las que el banco hizo negocios.
"Un flagrante desprecio de Wachovia por nuestras leyes bancarias dieron a los cárteles internacionales de cocaína una virtual carta blanca para financiar sus operaciones", dijo Jeffrey Sloman, el fiscal federal del caso. Sin embargo, la multa total fue de menos del 2% de la ganancia de $ 12.3 mil millones del banco para el año 2009. El 24 de marzo de 2010, las acciones de Wells Fargo cotizaban en 30,86 dólares - el 1% encima de la semana de la transacción judicial.
La conclusión al caso era sólo la punta de un iceberg, demostrando el papel del sector "legal" de la banca en absorber cientos de miles de millones de dólares -el precio de la sangre del tráfico de drogas asesino en México y otros lugares en el mundo- en torno a su operaciones globales, ahora rescatados por el contribuyente.
En el punto álgido de la crisis bancaria de 2008, Antonio Maria Costa, entonces jefe de la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, dijo que el tenía indicios que sugerían que el producto de las drogas y el crimen eran "el único capital de inversión líquido" disponible para los bancos al borde del colapso. "Préstamos interbancarios eran financiados por dinero que se originaban en el tráfico de drogas", dijo. "Hay indicios de que algunos bancos fueron rescatados de esa manera".
Wachovia fue adquirido por Wells Fargo durante la crisis de 2008, justo cuando Wells Fargo se convertía en beneficiario de $ 25 mil millones en dinero de los contribuyentes. Los fiscales de Wachovia fueron claros sin embargo, que no había indicios de que Wells Fargo se había comportado de forma apropiada, sino que había cooperado plenamente con la investigación. México es el tercer mayor socio comercial internacional de Estados Unidos y Wachovia estaba comprensiblemente interesado que en este volumen de comercio legítimo.
José Luis Marmolejo, quien procesó a los que dirigían una de las casas de cambio al final del caso mejicano, dijo: "Wachovia se encargó de todas las transferencias. Ellos nunca reportaron nada como sospechoso".
"Ya en 2004, Wachovia entendía el riesgo", admitió el banco en la sentencia de acuerdo con el gobierno federal, pero, "a pesar de estas advertencias, Wachovia continuó en el negocio". Hay, por supuesto, el uso legítimo de la CDC como una vía hacia el mercado hispano. En 2005, el Banco Mundial dijo que México estaba recibiendo $ 8.1 mil millones en remesas.
Durante la investigación en el caso de Wachovia de México, el observador obtuvo documentos previamente proporcionado a los reguladores financieros. Se supo que la alarma que fue ignorada vino, entre otros lugares, de Londres, como resultado de la diligencia de uno de los informantes más importantes de nuestro tiempo. Un hombre que, en una serie de entrevistas con el observador, añade detalles a los documentos, dejando al descubierto la historia de cómo Wachovia estuvo en el centro de una de las mayores operaciones de blanqueo del mundo.
Martin Woods, un liverpulense que en la mitad de sus 40 años se unió a la oficina de Londres del Banco Wachovia en febrero de 2005, como oficial de alto nivel contra el lavado de dinero. Él había servido previamente con el equipo de la policía metropolitana de drogas. Como un detective se unió al equipo de investigación de blanqueo de dinero de la National Crime Squad, donde trabajó en el extremo británico del escándalo de lavado de dinero del Banco de Nueva York, de finales de 1990..."
"Wachovia tenía mi hoja de vida, ellos sabían quién era yo", dice Woods."Pero ellos no querían saber [nada]- su actitud era, '¿Por qué haces esto?' Ellos deberían haberse puesto de mi lado, porque eran gente hacendosa, no comercial. Pero, en realidad eran comerciales, todo el tiempo. Estamos hablando de cientos de millones de dólares. Este es el mayor escándalo de blanqueo de capitales de nuestro tiempo..."
"Después de que el caso de Wachovia, nadie en la comunidad de reglamentación se sentó conmigo y me preguntó: '¿Qué pasó?" o "¿Qué podemos hacer para evitar que esto suceda a otros bancos? No les interesa, son las mismas personas que atacan a los denunciantes y esta es una posición que al menos la Autoridad de Servicios Financieros [británica], ha adoptado en el asesoría jurídica: Se ha informado de que la confidencialidad de la banca y los banqueros tenga primacía sobre el acto de divulgación de la información pública. Esa es la forma en la que las prioridades trabajan: primero el secreto, segundo el interés público..."
La transacción judicial de 2010 que los detalles que "casi 13 millones de dólares pasaron por las cuentas de corresponsalía bancaria en Wachovia para la compra de aviones para ser utilizados en el tráfico de narcóticos ilegales. A partir de estos aviones, más de 20.000 kg de cocaína..." ampliar lectura (En Inglés)
- El 16 de marzo de 2010, Douglas Edwards, vicepresidente senior de Wachovia Bank, puso su firma en la página 10 de un acuerdo de 25 páginas, en la que el banco admitió su papel como se indica por los fiscales. En la página 11, firmó de nuevo, como vicepresidente senior de Wells Fargo.
Saque el lector sus propias conclusiones sobre esta denuncia que como el caso Wachovia, lleva años como tal..., y de un flagrante silencio de oídos de "la otra parte", que de tratarse de "desestabilizadores" de la patria, seguramente habrían ya actuado de oficio y condenado como jueces y verdugos.
Entrevista a Hugo Calle Alva sobre denuncia contra Dionisio Romero. 1ª parte
Entrevista a Hugo Calle Alva sobre denuncia contra Dionisio Romero. 2ª parte
Entrevista a Hugo Calle Alva sobre denuncia contra Dionisio Romero. 3ª parte
Las entrevistas fueron realizadas por Jaime Del Castillo en 2010 en el programa radial "Impacto político"
Referencia: