Como en un listín de cartelera, dos temas estelares cuyos protagonistas quisieran relegar a una discreta penumbra, prevalecen: las agendas atribuidas a Nadine Heredia y los narcoindultos firmados por Alan García.
Pero como hay atención pública a la cual apelar, y reacciones primarias como el miedo, la ira y la curiosidad morbosa, que satisfacer, otro especialista en series "B" de probado éxito, parece no querer perder su espacio: Así, con no poca fanfarria hace su ingreso el “Chapa tu choro” fujimorista, junto con sus granadas y sus trapos rojos con la hoz y el martillo en diversos puntos de la ciudad, y para no quedarse atrás en su búsqueda de consolidar protagonismo -o regresión pre mortem-, acusa presencia el también fujimorista, Octavio Salazar, con su aparición súbita y sin justificación, en la escena del crimen, el depósito de granadas intervenido en Breña que resultó siendo local de campaña reciente de su agrupación .Le añaden color al panorama rumores de golpe militar, el despido intempestivo de la periodista Milagros Leiva del grupo El Comercio y la captura de Gerald Oropeza López en el Ecuador.
En una muestra de prevalencia del buen argumento y la mejor dirección artística, Jorge del Castillo apelando a una, seguramente involuntaria, capacidad de humor negro, retoma liderazgo apelando a una creatividad ya conocida, al hacer un deslinde de su partido sobre Oropeza, en el RPP de siempre. Gerald Oropeza el aprista recientemente expulsado del partido. El hijo del aprista Américo Oropeza, asesinado en circunstancias oscuras. El Oropeza, acusado de lavado de activos procedentes del narcotráfico; el de las firmas de más de 50 contratos con el gobierno de Alan García, por más de 200 millones de soles. El Oropeza que recibió del gobernador aprista de la Molina ilegalmente, la mansión incautada a Ernesto Schutz por corrupción; el que tuvo como abogado, socio y testaferro a Miguel Facundo Chinguel. Todo un ilustre desconocido...
¿Está todo sobre la mesa? Definitivamente no. No en vano ocho de los nueve informes de la megacomisión parlamentaria, encargada de investigar la corrupción durante el segundo gobierno aprista, ya fueron aprobados por el pleno del Congreso, en cuatro de ellos (Business Track, narcoindultos, Collique y Agua para Todos) se recomienda denunciar a García. Pero están también las revelaciones de todos los días en los tribunales que vienen juzgando los negociados en torno a los narcoindultos y conmutaciones. ¿Que nos traerá el jueves siguiente...?
Escribe:
Nelson Manrique
Al observar un acto de prestidigitación hay que abstraerse de lo que el prestidigitador está mostrando y tratar de determinar qué está tratando de ocultar. Una sana precaución cuando hay un buen número de noticias, levantadas por cierta prensa, que acaparan titulares y concentran la atención pública apelando a reacciones primarias como el miedo, la ira y la curiosidad morbosa.
Hay dos temas estelares en cartelera cuyos protagonistas quisieran relegar a una discreta penumbra: las agendas atribuidas a Nadine Heredia y los narcoindultos firmados por Alan García. Dos temas de un peso incomparable: la presunción del recibo de 6 millones de dólares de Venezuela, hecho políticamente condenable pero hasta aquí no delincuencial, y el otorgamiento de indultos y conmutaciones a más de 1500 delincuentes de alta peligrosidad y alrededor de 3200 narcotraficantes, 400 de ellos de narcotráfico agravado.
Durante las últimas semanas la atención periodística se concentró en la campaña “Chapa tu choro”, creada por una publicista fujimorista que aspira a ser elegida parlamentaria y que se convirtió en viral en las redes sociales apelando al miedo ciudadano.
Siguieron luego las granadas dejadas en operativos delincuenciales de extorsión, especialmente contra colegios, que cobraron la vida del oficial de la UDEX Adolfo Leonidas Castellano Carrillo.
La cuestión adquirió otro cariz cuando empezaron a encontrarse granadas junto con trapos rojos con la hoz y el martillo en diversos puntos de la ciudad. Luego vino el descubrimiento por la policía nacional de una vivienda en Breña donde se incautaron 50 granadas tipo piña, cuya procedencia hasta ahora no ha sido explicada ni por la policía, ni por las fuerzas armadas, a pesar de que, teniendo números de serie impresos, parece más difícil no descubrir de dónde vienen que descubrirlo, lo que lleva a pensar en encubrimiento de corrupción institucional.
Lo del depósito de las granadas adquirió un nuevo cariz cuando se supo que el general de la policía Octavio Salazar, parlamentario fujimorista, se presentó de inmediato y sin justificación en el local intervenido en Breña. Esto llevó al congresista nacionalista Josué Gutiérrez a plantear la pregunta de si acaso el fujimorismo está involucrado en un psicosocial para infundir miedo en la población, como una forma de vender una plataforma electoral: “Nos preocupa el porqué de la presencia del general Octavio Salazar, representante del fujimorismo en el local que hoy se ha estado investigando. ¿Quién lo alertó si esto era un operativo policial?” (http://bit.ly/1OqFLFv). Luego se supo que el local utilizado para esconder las granadas fue utilizado antes como local de campaña del fujimorismo.
Añadieron color al panorama los rumores de golpe militar levantados por el director de Perú 21, el despido intempestivo de la periodista Milagros Leiva del grupo El Comercio y la captura de Gerald Oropeza López en el Ecuador.
Jorge del Castillo se apresuró a declarar en RPP que el Apra y sus líderes no tienen ninguna vinculación con Oropeza. Sus declaraciones terminan siendo una muestra, seguramente involuntaria, de humor negro: Gerald Oropeza es un aprista muy recientemente expulsado del partido. Es hijo del dirigente aprista Américo Oropeza, asesinado en circunstancias oscuras cuando postulaba a una alcaldía por el Apra, y de una candidata aprista al congreso. Las empresas de Oropeza, acusado de lavado de activos procedentes del narcotráfico, firmaron más de 50 contratos con el gobierno de Alan García, por más de 200 millones de soles. El gobernador aprista de la Molina le entregó ilegalmente a Oropeza la mansión incautada a Ernesto Schutz por corrupción, y él la inmortalizó en vídeos que registran sus épicas juergas. Oropeza tuvo como abogado, socio y testaferro a Miguel Facundo Chinguel, el aprista nombrado por Alan García presidente de la comisión que otorgó los narcoindultos y las conmutaciones a narcotraficantes. Junto con Rodolfo Orellana juega un papel clave en la articulación de diversos casos mafiosos. Definitivamente, todo un ilustre desconocido.
¿Está todo sobre la mesa? Definitivamente no. Por obvias razones el Apra quiere desviar la atención de que ocho de los nueve informes de la megacomisión parlamentaria encargada de investigar la corrupción durante el segundo gobierno aprista ya han sido aprobados por el pleno del Congreso con 65 votos a favor, 5 en contra (4 de ellos de apristas) y 7 abstenciones. En cuatro casos (Business Track, narcoindultos, Collique y Agua para Todos) se recomienda denunciar a García. Están además las revelaciones de todos los días en los tribunales que vienen juzgando los negociados en torno a los narcoindultos y conmutaciones. Que sigan los fuegos artificiales…
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